Con un ruidito por aquí y otro por allá se inició ayer el año escolar 2023-2024, pero con un mejor ambiente y menos tirantez que al comienzo del calendario anterior, el cual arrancó con innúmeras carencias y enfrentamientos.
Las perspectivas para este año lectivo son alentadoras porque se ha adelantado su apertura, para ganar tiempo, y le antecede un acuerdo suscrito por el ministerio de Educación y la ADP que en su esencia reivindica que no se pierdan, por acciones del gremio, horas de docencia.
El compromiso Minerd-ADP, que sería la clave que distinguiría al período que abre sus puertas hoy, establece el cumplimiento del horario escolar sin interrupciones, para lo que se realizó, como garantía de que los docentes se portarían bien, un aumento de salario a maestros jubilados y pensionados y el reacondicionamiento de las infraestructuras escolares que lo ameritaran.
Quedan las dudas por el recurrente incumplimiento de la ADP a lo que pacta, e incluso no pocos se preguntaron si habría necesidad de un nuevo acuerdo con esos fines ya que el Pacto por la Educación, en el que se involucró a toda la sociedad, es taxativo en cuanto a que el gremio magisterial se compromete a cumplir “el horario y calendario escolar, promoviendo entre sus miembros la asistencia diaria y puntual a la docencia”.
Los cerca de dos millones de estudiantes que ingresan desde hoy a la escuela pública, les agradecerán a sus maestros que hagan que cada hora cuente, y que no se le trastorne el aprendizaje, que es lo más importante para todos los integrantes del sector educativo.
Y más en este momento que organismos internacionales afirman que por la pandemia de la covid-19 en la región el proceso de enseñanza-aprendizaje ha retrocedido una década.
La esperanza es que la ADP garantice el clima de paz en las aulas a que se comprometió y que se diluyan los “ruiditos” circundantes, además de que cada padre, madre o tutor de los estudiantes, haga su tarea de
corresponsabilidad.
De parte del ministerio de Educación se espera, y de su ministro propiamente dicho, que llegó allí precedido de fama y prestigio, que pueda marcar un cambio radical en el rumbo del sistema educativo dominicano.
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