Cuando se escriba la historia de la causa de la expansión presupuestaria dominicana, que en las últimas cuatro propuestas registran montos de 13 dígitos, la crisis sanitaria del covid-19 tendrá una cuota importante en la instauración de la “era de los presupuestos billonarios”.
La llegada de la pandemia trastornó las finanzas públicas de tal forma que solo en el primer trimestre de circulación del virus el gasto presupuestario representó un 1.1 por ciento del producto interno bruto (PIB) y dio inicio a un aumento anual acelerado del Presupuesto General del Estado, impulsado por endeudamiento público.
El año 2020, período del cambio de administración del Estado, a consecuencia del gasto extraordinario que demandó la pandemia, fue necesario presentar dos presupuestos complementarios. El primero en junio, por la administración que cesaba en agosto de ese año y el segundo en noviembre, propuesto por la gestión que se instaló el 16 de agosto de ese año.
Esos cambios incidieron directamente en el tamaño y composición del PGE, que originalmente fue presentado con un monto de gastos, sin incluir los pagos por amortizaciones a la deuda y disminución de pasivos, ascendente a RD$861,074.37 millones. En la primera reformulación fue subido el monto a RD$906,702 millones y en la segunda cruzó la barrera del billón, al colocarse en RD$1,029,060 millones.
Otros componentes presupuestarios que fueron impactados por los dos presupuestos complementarios del 2020 fueron los ingresos totales, el monto del financiamiento, el déficit proyectado y los pagos por amortizaciones de la deuda pública. En el caso de los ingresos, el Gobierno se vio 9obligado a reestimarlo hacia la baja, cayendo de RD$673,107.8 millones en el primer proyecto de complementario a RD$610,362.6 millones en el segundo.
El déficit fiscal pasó de RD$110,251.02 millones en el presupuesto original a RD$233,595 millones en el primer complementario, para dispararse a RD$418,698 millones en la segunda restimación.
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