Este 6 de noviembre comenzó la Cumbre del Clima de Egipto (COP27) cuyo propósito es organizar los esfuerzos para combatir el cambio climático.
Estas conferencias se realizan anualmente desde 1995, por lo que esta será la 27ma edición, que se celebrará en el balneario egipcio de Sharm el-Sheikh, en el mar Rojo, del 6 al 18 del mes en curso.
Las COP pretenden alcanzar los objetivos climáticos establecidos en el Acuerdo de París (2015) y en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático celebrada en Nueva York en 1992 (entró en vigor en 1994), ratificada por 197 Estados y la Unión Europea.
Algunos de sus objetivos, como mantener la temperatura del planeta por debajo de 1.5 °C, reducir los gases de efecto invernadero y promover las energías renovables, se presentan, con cada cumbre, más lejanos.
Es que las advertencias de los científicos y de los ambientalistas sobre el cambio climático chocan con la sed de ganancias de las naciones industrializadas.
Según datos del World Resources Institute, los países con más emisiones de gases de efecto invernadero son China y Estados Unidos, a ellos se suma la Unión Europea. Esas emisiones continúan aumentando y no hay garantías ni mecanismos directos para que disminuyan.
Los temas por discutir el 7 y 8 de noviembre, que más bien parecen utopías, abarcarán el desarrollo del hidrógeno verde, agua y seguridad alimentaria, transición hacia energías renovables y ayuda a las comunidades vulnerables, que son las verdaderas víctimas del cambio climático.
En este panorama República Dominicana no aparece muy mal encaminada, ya que somos signatarios del Acuerdo de París, nuestras autoridades promueven las energías renovables, la reforestación, la preservación y protección de los parques nacionales y del agua; pero necesitamos acciones más contundentes.
Hay que actuar desde ahora, invertir cuanto haga falta para cuidar nuestros bosques, crear conciencia sobre el cambio climático y combatir la contaminación y degradación de nuestros ríos, entre otras medidas.
El calentamiento global no es una amenaza difusa, es una posibilidad continuamente más cercana de un planeta que se agota, donde los humanos figuraríamos entre las especies extinguidas.
elcaribe.com