Las torrenciales lluvias del sábado no dieron tregua, a medida que pasaban las horas de la tarde, estas aumentaban su intensidad causando daños irreparables, en este caso la caída de una pared lateral del desnivel de la avenida 27 de Febrero que culminó con la vida de nueve personas.
El hecho ocurrió alrededor de las 4:00 de la tarde, ante lo transcurrida que es esta avenida en cuestión de minutos curiosos habían publicado el hecho en redes sociales que se viralizó de manera fugaz.
Inmediatamente, decenas de ciudadanos que transitaban por el lugar se animaron a ayudar esperanzados en sacar con vida a las víctimas, pero al no tener equipos necesarios imposibilitaba el trabajo.
Mientras que las autoridades, por los fuertes tapones, tardaron en llegar, siendo los primeros un camión del cuerpo de bomberos y varias ambulancias. A medida que pasaban los minutos, los organismos de rescate con martillos y otros utensilios, para tratar de romper las paredes y poder sacar de un automóvil a un hombre.
Alrededor de las 5:00 de la tarde fue sacado el primer cuerpo de los escombros, el hombre tenía una camisa morada y un pantalón jean azul; su cuerpo fue montado en una camilla y trasladado en una ambulancia, en ese momento los paramédicos no ofrecieron detalles de su estado de salud, pero los curiosos murmuraban “ese está muerto, es imposible que esté vivo”.
La avenida 27 de febrero fue cerrada desde la esquina Máximo Gómez, para así movilizar con más facilidad los organismos de refuerzos que seguían llegando y garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Mientras las personas observaban desde arriba, otra preocupación que se sumaba era la otra de la pared que había quedado inclinada, de la que preveían un segundo derrumbe.
La preocupación, desesperación y consternación eran notables en los que se asomaban por el lugar, al momento, que personas que transitaban por el área preguntaban por el estado de los afectados.
Grúas, plantas succionadoras de agua, equipos de iluminación, picos, palas, taladros y decenas de personas continuaban levantando escombros, sin embargo, de manera repentina las lluvias incrementaron y pusieron contra la pared a los rescatistas, dificultando aún más las labores.
Por otra parte, están los familiares como es el caso del señor Wilson Saint que logró salir físicamente ileso de la tragedia, pues la pared no alcanzó a tocar el asiento del conductor, donde este iba.
Saint salió inmediatamente del vehículo color gris; saltaba y lloraba desconsoladamente y es que su esposa no había corrido con su misma suerte, sino que la pared la había dejado atrapada. Desconsolado, lloraba, se tiraba al suelo y gritaba “¿qué yo voy a hacer?”, “mi mujer está ahí adentro”, “Dios mío esto si es grande”.
Particulares trataban de consolarlo, darle ánimos y le sostenían para que no se derrumbara al llorar, pero el dolor que expresaba sentir el caballero no era remediable.
En tanto que, con la ayuda de los equipos pesados pudieron retirar algunos escombros y retirar dos cadáveres, en bolsas blancas.
Minutos después, el señor Wilson reconoció que uno de los cuerpos sin vida pertenecía a su esposa y ese momento, procedió a lanzarse al suelo en medio de la carretera inundada por las torrenciales lluvias, mientras llorar de manera inconsolable.
Vestido con un pantalón jean azul, y con una chaqueta de cuero, color negra, Wilson se revolcaba en el suelo, en ese momento, cinco nacionales haitianos que dijeron ser parientes, lo levantaron y procedieron a retirarlo del área apoyándolo en sus hombros.
Posterior al encuentro de las primeras víctimas, las autoridades procedieron a retirar a los medios de comunicación del perímetro “por razones de seguridad”.
Toda el área fue acordonada por agentes de la Policía Nacional quienes colocaron cintas de restricción para evitar el paso.
Conforme pasaban las horas, los equipos continuaron trabajando y de esa forma fueron retirados otros cuerpos de las victimas letales, sin embargo, las autoridades no ofrecieron detalles en ese momento.
De su lado, ante los descalabros que había provocado el disturbio tropical, el presidente de la Republica, Luis Abinader a través del decreto 584-23 declaró como no laborable, en los sectores tanto público como privado, desde las 10:00 de la noche del sábado hasta las 7:00 de la mañana del lunes 20 de noviembre.
Al otro día del suceso, la Policía Nacional dio la información de que nueve, era el número de personas que habían fallecido en el derrumbe, cuatro de ellos puertorriqueños, tres dominicanos y dos de nacionalidad haitiana.
Los identificados respondían a los nombres de Eduardo Cabrera Castillo, Solange María Méndez y Omar Alejandro Méndez, dominicanos; Boniel Dovelie, haitiana; y los boricuas Awilda Vásquez Burgos, María Nereida Martínez Vásquez, Michael Orozco y Ramón Antonio Martínez.
Posteriormente, Abinader se refirió al tema durante un encuentro con los medios de comunicación en el Palacio Nacional, asegurando que estaba evaluando el pago de una indemnización a las víctimas de la tragedia.
Respecto al desnivel, desde el sábado se mantuvo cerrado completamente para así poder terminar de derribar la pared lateral. Equipos del Ministerio de Obras Públicas (MOPC) han estado trabajando en la zona, también se han realizado estudios de suelo para determinar las verdaderas causas del derrumbe.
Esto provocó que el transito colapsara en las intersecciones 27 de febrero con Máximo Gómez, con longitudinales tapones aun a las 8: 00 de la noche. Ante esto, agentes de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett), fueron ubicados en diferentes puntos para dirigir el tránsito.
Para este miércoles 22 de noviembre, fue abierto uno de los carriles en el paso a desnivel en tanto que los trabajos se mantienen. Sobre la reconstrucción, el ministro de la Presidencia, Joel Santos, afirmó en un programa de televisión que “es un trabajo de varios meses”.
En el reporte oficial del Centro de Operaciones de Emergencias, se indicó que un total de 25 personas perdieron la vida a causa de las fuertes lluvias.
Tras esto, la sociedad dominicana busca recuperar su curso y volver a la normalidad, bajo la sombra de este fenómeno atmosférico que enlutó a familias en diferentes puntos del país, y con ellos personas que se sintieron consternadas ante la gravedad de los daños tanto materiales como letales que fueron ocasionados durante el pasado fin de semana.