La Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (ProCompetencia) celebró recientemente un taller internacional para periodistas y comunicadores que dejó valiosas enseñanzas de conferencistas que abordaron el periodismo en diferentes perspectivas, con preponderancia en el reto de la era digital.
Cierto que el “mundo digital” ha irrumpido en los medios con tal ímpetu que, en apariencia, lo ha trastocado todo y creó un nuevo orden, pero lo importante y positivo de este evento ha sido que ayudó a dar contexto a que en el periodismo hay principios inmutables que, más que sucumbir ante la “era digital”, se adaptan a los nuevos entornos.
Inclusive, de entrada se reivindicaron conceptos que posibilitan entender mejor que no existen dos periodismos enfrentados como antagonistas, uno “tradicional” y otro “moderno” afín a las nuevas tecnologías de la comunicación, sino que se norman por principios irrenunciables.
Visto así, los desafíos digitales (redes sociales, sobreinformación, la IA…) no invalidan la esencia del periodismo, que incluye lo ético y profesional, sino que lo hacen más exigente.
Todavía más. Se equivocaría quien se emocione más de la cuenta con las ventajas que aporta la inmediatez del universo digital y sucumba ante la automatización que trae consigo, sin reflexionar que la credibilidad no llega a los medios de manera automática.
Herramientas como ChatGPT y otras pueden ser útiles, pero nunca sustituirán el juicio crítico humano.
Lo estableció un conferencista en el taller: Por su velocidad de procesar datos o generar imágenes, las nuevas herramientas son un gran “amigo”, un asistente, pero la inteligencia artificial no redacta noticias ni investiga, no descubre ni cuestiona, solo repite y reescribe.
La IA no es periodista y lo que hace surge del trabajo humano, de lo que con esfuerzo y rigor elaboran los periodistas.
Bienvenido sea lo digital, la nueva era a la que habrá que transportar dos reglas de oro de esta profesión que se deben seguir como dogma y asirse a ellas como a un clavo ardiente: verificar y contrastar.
Saludamos a ProCompetencia por su provechosa jornada que sitúa la discusión de que la tecnología debe servir al periodista, no al revés y que, por tanto, no se le puede ceder el timón de la información, porque la profesión no es un algoritmo; es pasión, es rigor, es responsabilidad, un oficio profundamente humano.
fuenteelcaribe.com