Ankara/Beirut, (EFE). Más de 2.700 personas han muerto y otras 14.000 han resultado heridas en la serie de devastadores terremotos que ha sacudido el sureste de Turquía.
Los sismos ocurrieron cerca de la frontera con Siria, hay miles de edificios derruidos en los que se sigue buscando a supervivientes en medio de bajas temperaturas.
En Siria, inmersa una guerra civil desde hace más de una década, la información sobre víctimas proviene, por un lado, del Gobierno de Bachar al Asad. Por otro lado, vienen del último enclave del país controlado por la oposición, rodeado por fuerzas gubernamentales apoyadas por Rusia.
En la zona controlada por el régimen, las últimas cifras hablaban de 570 muertos y 1.403 heridos, según la agencia SANA.
Se han contabilizado 480 víctimas mortales en la provincia noroccidental de Idlib, el último bastión opositor. También en otras partes de la vecina Alepo fuera del control de Damasco, y unos 1.500 heridos, según el grupo de rescatistas Cascos Blancos.
Estas zonas opositoras, fronterizas con Turquía, se encuentran más cerca del epicentro. Por eso hay menor capacidad de coordinar el recuento, al no haber una única autoridad gubernamental a cargo del rescate.
Según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en estas áreas opositoras, «fuertemente» afectadas por el terremoto, residen 4,1 millones de personas. Esta gente depende de la ayuda humanitaria para sobrevivir, en su mayoría son mujeres y niños.
Ese organismo explicó que la comunicación con terreno es difícil debido a las interrupciones «crónicas» en los servicios telefónicos y de internet. A esto se suman informaciones sobre supuestos cortes de carretera en el noroeste de Siria, además de en territorio turco.
El Ministerio de Exteriores sirio pidió a la ONU, ONG y organizaciones gubernamentales que «apoyen» los esfuerzos del Gobierno para hacer frente a la «catástrofe humanitaria». Eso dice un comunicado difundido por la agencia oficial de noticias, SANA.
En Turquía, las autoridades informaron de que más 3.700 edificios han quedado destruidos o muy dañados. Se dice que el Gobierno quiere iniciar mañana la evacuación controlada de quienes necesiten salir de las diez provincias más afectadas por el desastre.
Afad, el servicio de emergencias turco, ha informado de que ha desplegado a más de 9.700 rescatistas.
Trece países de la Unión Europea (UE) ofrecieron este lunes equipos de búsqueda y rescate. Así lo informó la Comisión Europea. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, señaló que un total de 45 naciones han ofrecido ayuda.
En varias de las diez provincias turcas más afectadas, se han producido cortes de gas y electricidad, y en algunos embalses han aparecido grietas, aunque las autoridades afirman que no hay daños estructurales.
El primer gran terremoto se registró a la 4.17 horas (01.17 GMT) y tuvo una magnitud de 7,7 de magnitud, según el servicio de emergencias turco Afad, con epicentro en Pazarcik en la provincia turca de Kahramanmaras.
Posteriormente se produjeron hasta 145 temblores más, uno de ellos de magnitud 7,6 a las 10.24 GMT
«Debido a que continúan las labores de desescombro en muchos edificios de la zona del terremoto, no sabemos a cuánto ascenderá el número de muertos y heridos», declaró Erdogan esta mañana
El presidente declaró siete días de luto nacional en todo el país.
Las bajas temperaturas y la nieve en la zona, donde también hay territorios montañosos de difícil acceso, complican las tareas de rescate.
Con todo, en la provincia de Kahramanmaras, una mujer de 18 años ha sido localizada con vida 12 horas después del temblor, y en Diyarbaki, un hombre fue rescatado tras 14 horas atrapado, informa la agencia Anadolu.
El sismo se sintió también con fuerza en el Líbano, incluida Beirut.
Uno de los símbolos de la enorme destrucción del sismo es el histórico castillo romano de Gaziantep, que llevaba en pie más de 1.700 años y que ha sido arrasado por el temblor.
También ha sufrido daños la ciudadela histórica de Alepo, en Siria, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Las autoridades turcas han anunciado el cierre de los colegios en las diez provincias más afectadas y también se han suspendido todas las competiciones deportivas.