Envejecer significa vivir lo suficiente como para adquirir suficientes conocimientos sobre la vida y acumular experiencias que permitan tanto al hombre como a la mujer “volverse lentamente sabios” como escribió alguna vez un poeta. “Las personas de edad son fuentes inestimables de conocimientos y experiencia y tienen mucho que aportar a la paz, al desarrollo sostenible y a la protección de nuestro planeta”, afirma António Guterres, secretario general de la ONU.
Precisamente el 14 de diciembre de 1990 la Asamblea General de la ONU instituyó el 1 de octubre como Día Internacional de las Personas de Edad.
No es alentador el panorama de los envejecientes en el futuro inmediato: Se prevé que el número de personas de 65 años o más pase de 761 millones que eran en 2021 a 1,600 millones en 2050. También se espera que los bebés nacidos en 2022 vivan 71.7 años promedio, 25 años más que los nacidos en 1950
Las mujeres tienden a vivir más que los hombres y, por tanto, representan la mayor parte de la población envejeciente. Se prevé que el número de personas en edad de trabajar (de 55 a 64 años) aumente de 723 millones que había en 2021 a 1,075 millones en 2050, y a 1,218 millones en 2100.
Que haya más personas mayores vivas se debe a las mejoras sanitarias, a políticas públicas y calidad de vida en general, lo que exige a los gobiernos crear programas que motiven a estas personas a permanecer activas, con un propósito dentro de su comunidad.
Para esto, la ONU propone dos caminos; uno es el cuidado de estas personas, con programas de salud, seguridad social, casas de retiro y la participación que tiene al núcleo familiar como eje principal en la salud psico-emocional de los abuelos.
El papa Francisco criticaba recientemente que muchos jóvenes, que no tienen hijos, confinan a sus ancianos padres en asilos y se dedican a pasear mascotas a las que tratan como si fueran personas.
Quizá la mejor manera de celebrar el Día Internacional de las Personas de Edad sea organizar un pequeño festejo en la familia donde haya un abuelo o una abuela, colaborar con los asilos, con alimentos, ropas o artículos de limpieza, y difundir el mensaje de que para toda familia en la que haya un anciano el asilo debe ser siempre la última posibilidad.
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