La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito de la ONU (ONUDD) sesionó recientemente en Viena, con masiva asistencia de países de todo el orbe, y entre tantísimos discursos se puede concluir, aunque cueste admitirlo, que el “pleito” contra el narcotráfico y consumo de estupefacientes se está perdiendo.
No otra cosa puede significar lo dicho por Ghada Waly, directora ejecutiva de la ONUDD: “Hoy, las drogas sintéticas dominan los mercados, y sustancias como el fentanilo causan muertes récord por sobredosis”.
Anthony Blinken, secretario de Estado norteamericano que también anduvo por Viena, se pronunció alarmado por los estragos del fentanilo en su país, donde el 70% de 100 mil personas fallecidas al año por sobredosis, mueren por este opioide sintético, 50 veces más potente que la heroína.
Las preocupaciones que coparon la conferencia de la ONUDD llevaron a la señora Waly a afirmar, y por esto decimos que se pierde el “pleito”, que la demanda en el negocio ilegal de las drogas y la violencia asociada tienen consecuencias “devastadoras”.
El problema mundial con los estupefacientes se torna más complejo porque Internet “crece como mercado, con precursores y químicos no controlados que mediante plataformas intercambian conocimientos de fabricación, y por las criptomonedas que dificultan rastrear las transacciones”.
El lamento que gravitó en Viena es que mientras haya una demanda creciente no habría policías ni aplicación de leyes que puedan terminar con el mercado ilícito de las drogas.
Los años pasan, los Estados actúan; conferencias como la de Viena y grandilocuentes discursos no han influido para que el narcotráfico ni el tráfico de armas ni las migraciones ilegales dejen de ser los fenómenos sociales dominantes del siglo XXI.
Como dato al margen sobre ese complicado mundo, Kamala Harris, vicepresidenta de EE.UU. fustigó el viernes que apresen por fumar marihuana y tildó de “absurda” toda restricción en su país, donde su uso recreativo es legal en 24 estados y en 38 admiten su uso medicinal.
Así vemos que a complicar más esta lucha ayuda que cada país obedece a sus propias leyes y realidades. Un ejemplo es que, a propósito del contexto en el que habla la vicepresidenta Harris, en países como el nuestro, patio trasero de EE.UU. estamos a años luz de legalizar la marihuana.
fuenteelcaribe.com