En el día de hoy, desde muy temprano en madrugada comencé a escuchar los disparos, a las 5:10 A.M. estos dieron inicio uno a uno, según fue entrando las 6:00 A.M. se fueron intensificando, ya para las 7: 15 A.M. se escuchaban las ráfagas de artillería pesada, la batalla daba inicio en este día, la cual prometía que sería más intensa que la de ayer.
Teníamos diferentes frentes abiertos, pero este era más intenso, todos los días los conflictos bélicos daban inicio en las últimas horas de la madrugada, podíamos escuchar cada día que el problema se agudizaba.
Los batallones eran denominados grupos, para disfrazarlos ante la sociedad. Esos frentes de batalla eran los más sangrientos del momento, no existía piedad, empatía ni respeto por la vida de ningún ser vivo.
Estos batallones eran compuestos por: vigías, francotiradores, telegrafistas, asesinos, profesionales en diferentes ramas, cristianos, católicos, musulmanes, islámicos, conservadores y 48 géneros estaban representados allí; en fin, era una selva tropical. Descuartizaban a la gente por encargo, por placer o por simple deporte.
Estos batallones poseían los francos tiradores más letales que el mundo conoció jamás. Atacaban desde los puntos privados. Nunca daban la cara, pero eran considerados los criminales más sangrientos del mundo, los cuales no perdonaban forma de vida alguna.
El mundo estaba al borde de una guerra planetaria por el estrés al que estaba siendo sometido, ya que en estos campos de batalla no cesaban los ataques.
Temprano en la mañana, las batallas eran iniciadas cada día por unos criminales nómadas que guardaban al asecho para atacar sin importar a quién, a qué o aquellos, gente que pertenecían a todos los batallones, pero su única misión era encender la dinamita.
Estos batallones eran llamados grupos de WhatsApp, los cuales fueron creados con el fin de mantener comunicación empática grupal, pero poco a poco fueron convertidos en los campos de batalla más despiadados que existen.
Por la salud mental, esperemos en Dios que este escrito logre el objetivo de llevar reflexión a todos los lectores que utilizan estos campos de batalla como herramienta y parte de su vida cotidiana y consideren a todos los integrantes, limpien sus contenidos y se eduquen en la práctica.
Por Edward Pérez