«Siempre lo he dicho. Que me lo entreguen en una caja que yo lo entierro, para salir de esa manzana podrida que tiene dañada la familia, para dejar de estar pasando vergüenza por ese charlatán», vociferó este martes entre lágrimas Cesarina Figuereo, la hermana mayor del supuesto traficante de drogas José Antonio Figuereo Bautista, conocido como «Kiko la Quema”.
Sin embargo, denunció que continúa recibiendo atropellos a pesar de que nunca han participado en acciones ilícitas.
La señora, que vive en Cambita, municipio de San Cristóbal, explicó que su pequeño comercio en el cual vende alimentos a sus vecinos se encuentra en “terrible estado económico” por los llamados improcedentes ejecutados por agentes de la Policía Nacional.
«Me apresaron el viernes con el mandil puesto y tuve que dejar el negocio con una empleada que no sabe bien como hornear el pollo y hacer la comida», manifestó Figuereo de manera desconsolada mientras señalaba como los demás platos que oferta estaban en condiciones putrefactas por la falta de cliente al tener el negocio “fichado”.
En conversación con LISTÍN DIARIO explicó que su realidad monetaria depende de su establecimiento comercial, el cual en estos momentos se ve nublado por lo que ella cataloga como “falsas acusaciones”.
Como consecuencia la pariente del presunto desaprensivo no ha podido costear el pago de la matrícula universitaria de sus dos hijos.
Recordó que su familia sufre desde hace años los malos pasos tomados por el hoy narcotraficante, “Kiko la Quema”; esta es la razón por la cual siempre “contribuyen” con las autoridades para lograr su captura y posterior condena correspondiente.
«Mi mamá murió sufriendo porque no escondió la vagabundería de él. Yo siempre decía: le voy a pagar una funeraria para enterrarlo y así salir del sufrimiento», lamentó Figuereo.
LD.