La erradicación del trabajo infantil debiera ser una aspiración universal de justicia para la humanidad en su conjunto, pero diversos factores, como la necesidad de sobrevivir y alimentarse, la desigual distribución de ingresos, la indiferencia de las autoridades y, finalmente, la pobreza y la miseria causadas por la falta de oportunidades y por la exclusión, son algunas de las causas de este flagelo que castiga, según la Organización Internacional del Trabajo, a más de 160 millones de niños, niñas y adolescentes en todo el mundo.
En cuanto a República Dominicana, un estudio de World Vision publicado en 2022 señala que el 15 % de niños de entre 12 y 15 años trabaja porque tiene que ayudar con los gastos; el 10 % porque necesita cubrir todos sus gastos y el 6 % porque sus padres perdieron su empleo durante la pandemia.
La explotación de los niños incluye desde tareas agrícolas como cosecha de cebolla, tomate y de otras hortalizas por la facilidad para esas tareas debido a su tamaño, hasta la explotación en las minas, donde por ser pequeños llegan fácilmente a los socavones más estrechos, y si mueren son enterrados en cementerios clandestinos.
El caso de los niños-soldados, utilizados por ejércitos mercenarios porque son más fáciles de convencer para que aprendan a matar, la explotación sexual y la pornografía infantil son otros tantos horrores a los que los infantes se ven sometidos en ambientes llenos de adultos corruptos y delincuentes.
No es una cuestión de números ni de achicar estadísticas, son vidas humanas con derecho a un futuro digno y a un presente libre de explotación.
De ahí que, este 12 de junio de 2023, en el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, creemos necesario reclamar una actuación internacional más enérgica para lograr la justicia social, que empieza por eliminar el trabajo de los niños.
También es conveniente exigir la ratificación universal del Convenio número 138 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la edad mínima legal para acceder a un empleo, y finalmente un compromiso más enérgico de las autoridades y organizaciones civiles, de todos en definitiva, para trabajar por la erradicación definitiva del trabajo infantil y proteger a nuestros niños.