En la mañana de hoy se llevó a cabo el sepelio de Leopoldo Severino, conocido como el «Viejo Liopo», quien falleció el lunes 4 de septiembre luego de una larga batalla contra el cáncer.
En una ceremonia cargada de emotividad, los restos mortales de Severino encontraron su última morada en presencia de familiares, amigos y miembros de la comunidad. La congregación se encontraba sumergida en un estado de duelo, pero también hubo espacio para evocar los momentos alegres y significativos que Severino compartió con su entorno a lo largo de su vida.
La despedida al «Viejo Liopo» la marcaron las lágrimas y los recuerdos entrañables. Todos evidenciando el cariño y el respeto que los presentes sentían por el difunto. Severino, el Viejo Liopo, dejó un vacío profundo en su comunidad, que siempre lo recordará con afecto y gratitud.
Durante el acto, se compartieron testimonios y anécdotas que destacaban cómo Severino dejó una huella perdurable en la vida de aquellos que le conocieron. Su partida no solo representa una pérdida emocional para su familia. También una gran ausencia para toda la comunidad.
No obstante, la tristeza y el amor que se palpaban en el ambiente eran un testimonio elocuente del impacto que Leopoldo Severino tuvo en la vida de quienes lo rodeaban.