Miami (EFE).- Cuatro detenidos por el asesinato del presidente de Haití Jovenel Moïse fueron puestos este martes a disposición de las autoridades federales de Estados Unidos para responder por cargos relacionados con su presunta participación en el magnicidio, cometido el 7 de julio de 2021.
Los cuatro fueron transferidos a Miami (Florida) desde Haití, donde se produjo su detención, para ser procesados por, entre otros cargos federales, conspiración para cometer un asesinato o secuestro, en relación con el asesinato de Moïse en su residencia a las afueras de Puerto Príncipe, la capital del país antillano.
Los cuatro, que tendrán el miércoles su primera comparecencia en un tribunal federal en Miami, se suman a otros tres detenidos que también están bajo custodia de EE.UU. por su presunta participación en el complot para asesinar a Moïse.
De acuerdo a la Fiscalía federal estadounidense, a excepción de Rivera, los otros tres detenidos vivían en el sur de Florida, donde se asienta la mayor comunidad de haitianos en EE.UU., y en abril de 2021 se reunieron para discutir cómo promover un cambio en la Presidencia de la nación caribeña.
Tras el encuentro se elaboró una lista con el equipo y armamento necesario «para la operación de cambio de régimen» en Haití, entre lo que se incluían rifles, ametralladoras, gases lacrimógenos, granadas, municiones y chalecos antibalas.
Un mes después, Sanon, un doctor, pastor haitiano y «aspirante a candidato político» en su país, según la Fiscalía del Distrito Sur de Florida, contrató personal para sus fuerzas «militares privadas» en Haití, que incluían a unos 20 colombianos con entrenamiento militar y quienes eran dirigidos por Rivera.
De acuerdo a la Fiscalía, el 10 de junio de 2021, Sanon conspiró con otros para enviar desde el sur de Florida 20 chalecos balísticos para sus fuerzas militares privadas, sin las licencias de exportación correspondientes.
Días después, Solages, Vincent, Rivera y otros intentaron arrestar al presidente y secuestrarlo, pero el plan no salió adelante por falta de equipamiento militar, tras lo cual el 28 de junio de 2021, según documentos de la corte en EE.UU., Solages viajó desde Haití al sur de Florida para cerrar la operación contra Moïse y luego, el 1 de julio, regresó a la isla para participar en el asesinato.
El 6 de julio, Solages, Vincent, Rivera y otros se reunieron en una casa cercana a la residencia del presidente Moïse, en la que «Solages anunció que la misión era matar al presidente Moïse» y se procedió a la distribución de armas de fuego y chalecos antibalas, según la Fiscalía del Distrito Sur de Florida.
Al día siguiente, un escuadrón fuertemente armado ingresó en la vivienda del presidente Moïse y lo asesinó a tiros, un magnicidio que desató desde entonces un periodo de violencia pandillera y fuerte inestabilidad política en el país caribeño.
En Haití, la investigación criminal ha motivado la detención de 40 personas, pero todavía ninguna acusación formal.
«Verdaderamente desde el fondo de mi corazón, ellos me tendieron una trampa, muy profesionalmente. Tengo la conciencia tranquila, la conciencia muy tranquila de que no hice lo que me acusaron de hacer», dijo Solages al diario The Miami Herald en julio pasado, cuando alegó ser inocente.
Solages no reveló al medio quienes fueron «ellos» y tan solo indicó que personas no identificadas de «alto rango» lo utilizaron.
Los otros tres que se hallan bajo custodia de EE.UU. y están acusados de asesinar al presidente Moïse son el colombiano Mario Antonio Palacios Palacios, el haitiano-chileno Rodolphe Jaar y el exsenador haitiano Joseph Joel John, quienes fueron arrestados el año pasado.
Los dos primeros se han declarado no culpables ante la justicia estadounidense. EFE