Pese a los cambios notables en su servicio exterior, la República Dominicana sigue como uno de contados países en el mundo con un sistema consular basado en el clientelismo y fuente de enriquecimiento para unos privilegiados.
Además de funcionarios con salarios elevados, los cónsules dominicanos disfrutan de unos atractivos ingresos que, dependiendo de la plaza que les toque cubrir, les generará una millonada, sobre todo en países donde se asienta el grueso de la diáspora: Estados Unidos, España, Italia y, como excepción particular, Haití.
La riqueza procede del cobro de honorarios por encima de los marcados por el Ministerio de Relaciones Exteriores (Mirex). El cónsul dominicano en Nueva York, por ejemplo, tiene asegurado el ingreso al club de millonarios después de dos años y el actual, de la tendencia del expresidente Hipólito Mejía dentro del Partido Revolucionario Moderno (PRM), lleva ya casi tres años en el puesto.
Tanto en este Gobierno como en los anteriores, los consulados más rentables se otorgan a políticos de acuerdo a su jerarquía en el partido, influencias o cercanía al poder. En Nueva York, por ejemplo, figura Eligio Jáquez, miembro de la dirección ejecutiva del PRM; en Madrid, Miguel Ángel Vásquez Peña, nieto de José Francisco Peña Gómez y quien fungió como asistente del presidente Luis Abinader.
En Miami la cónsul es Geanilda Vázquez, también miembro de la dirección ejecutiva del PRM; en San Juan, Puerto Rico, César Julio Cedeño Ávila, otro miembro de la comisión ejecutiva del partido oficialista; en Sevilla, Katherine Estela Peña Rodríguez, hermana de la vicepresidenta de la República Raquel Peña; en Hamburgo, Fausto Rafael Jáquez Hernández; en Barcelona, Antonio José Gómez Peña, que fue coordinador de campaña del PRM en Europa durante la campaña de 2020.
DL.