Querido Dios, me dirijo a ti con humildad y esperanza en mi corazón, para pedirte que tengas piedad de esta sociedad que está atravesando tiempos difíciles. Observo con tristeza cómo hemos perdido la paz y tranquilidad en esta época de campaña, donde los políticos y fanáticos han entendido que aquel que haga más bulla será el vencedor.
Te ruego, Padre Celestial, que extiendas tu mano misericordiosa sobre todos aquellos que culpan al gobierno de su situación económica sin ellos hacer un mínimo esfuerzo.
Te pido señor que ayudes a todas esas madres que hoy sufren con los hijos presos porque ellas no les inculcaron valores.
Te pido que infundas sabiduría en aquellos mal llamados líderes que se engancharon a políticos buscando beneficios propios.
Querido Dios, ayúda a superar las diferencias entre aquellos que llevan el plano político a lo personal, enseñalos a trabajar juntos por un bienestar social.
Que tu amor incondicional haga cambiar los corazones de esos sicarios de moral que se han dedicado a infringir dolor y daños en tus hijos.
Manifiestate a través de cada acto de bondad y generosidad que realicemos, recordándonos que todos somos hermanos y que juntos podemos construir un mundo mejor, sin olvidar que debemos tener los pies sobre la tierra.
Dios misericordioso, escucha mi humilde súplica y bendice a esta sociedad con tu gracia y tu paz. Que tu compasión y tu amor divino sean nuestro guía en estos tiempos de incertidumbre, de lo efímero y lo precoz.
Con fe y confianza en tu infinita bondad, me despido, encomendando a tu cuidado a todas aquellas personas de buen corazón.
Amén.
Atentamente, Edward Pérez
Uno de tus hijos.