El presidente Donald Trump canceló los esfuerzos diplomáticos con Venezuela, según informó The New York Times, lo que podría derivar en una escalada militar contra los cárteles de drogas o el gobierno de Nicolás Maduro. La decisión se produjo tras meses de negociaciones encabezadas por Richard Grenell, y en medio de críticas internas de funcionarios que consideran que Maduro no cumpliría con las demandas estadounidenses.

Según funcionarios estadounidenses, Trump expresó frustración por la negativa de Nicolás Maduro a ceder voluntariamente el poder y por su insistencia en negar cualquier vinculación con el narcotráfico. Durante una reunión con altos mandos militares, Trump instruyó a Richard Grenell, enviado presidencial especial y director del Centro Kennedy, a detener todas las conversaciones diplomáticas, incluidas las negociaciones con Maduro y otros altos funcionarios.
Funcionarios estadounidenses confirmaron que la administración ha diseñado múltiples planes militares para intensificar la lucha contra el narcotráfico y eventualmente forzar la salida de Maduro. Entre estos planes se incluyen ataques a embarcaciones sospechosas y la posible acción contra cárteles en Venezuela o incluso México.
El secretario de Estado, Marco Rubio, ha calificado a Maduro como “fugitivo de la justicia estadounidense” y ha citado formalmente acusaciones de narcotráfico en su contra. La recompensa ofrecida por información que conduzca a su captura ascendió a 50 millones de dólares.

Negociaciones previas y frustración interna
Durante meses, Grenell negoció con Maduro buscando un acuerdo que permitiera:
- Evitar un conflicto mayor.
- Garantizar acceso estadounidense al petróleo venezolano.
- Liberar a ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela.
No obstante, varios aliados de Rubio en la administración consideraron que estas gestiones fueron ineficaces y generaron confusión sobre la estrategia estadounidense.
El ejército estadounidense atacó recientemente embarcaciones en aguas internacionales cercanas a Venezuela, provocando la muerte de cuatro personas, según informó el secretario de Defensa, Pete Hegseth. Estas acciones forman parte de una campaña antinarcóticos declarada por la Casa Blanca como conflicto armado contra los cárteles de drogas, considerando a sus miembros como “combatientes ilegales”.
Tensiones internas y riesgos de guerra
Dentro de la administración, existen voces que advierten sobre los riesgos de convertir la campaña antinarcóticos en un conflicto directo con Venezuela, lo que podría derivar en una guerra prolongada que Trump había prometido evitar.
Mientras tanto, Grenell mantiene discrepancias con Rubio sobre cómo manejar la liberación de estadounidenses detenidos y la estrategia de presión sobre Maduro, reflejando las tensiones internas respecto a la diplomacia versus la acción militar.